No podemos preguntar cómo amar, no podemos
preguntar cómo entregarnos.
¡Sucede! El amor sucede, la entrega sucede.
El amor y la entrega son profundamente una
sola cosa.
Pero ¿qué es?
Y si no podemos saber cómo entregarnos, al menos podemos saber cómo estamos manteniéndonos a nosotros
mismos, cómo estamos impidiendo entregarnos.
Eso se puede saber
y eso es útil.
¿Cómo es que aún
no te has entregado? ¿Cuál es tu técnica de no-entrega?
Si todavía no te
has enamorado, entonces el verdadero problema no es cómo amar.
El verdadero problema
es ahondar profundamente para averiguar cómo has vivido sin amor,
cuál es tu truco,
cuál es tu técnica, cuál es tu estructura:
tu estructura de
defensa, cómo has vivido sin amor.
Eso se puede entender,
y eso habría que entenderlo.
Lo primero: vivimos
con el ego, en el ego, centrados en el ego. Soy, sin saber quién soy.
Sigo proclamando:
«yo existo».
Este «yo-existo»
es falso, porque no sé quién soy.
Y a menos que sepa
quién soy, ¿cómo puedo decir «yo»?
Este «yo» es un falso
«yo».
Este falso «yo» es
el ego.
Ésta es la defensa.
Esto te protege de
la entrega.
No te puedes entregar, pero puedes tomar conciencia de esta medida de defensa.
Si has tomado conciencia, se disuelve.
A partir de entonces, no lo sigues fortaleciendo,
y un día llegas a sentir: «yo no soy».
En el momento en que llegas a sentir «yo no soy», se produce la entrega.
Entonces el amor sucede.
OSHO